Cuando tenemos dos imanes hay una fuerza de atracción y una fuerza de repulsión. La fuerza de atracción entre dos imanes se da cuando se acercan dos imanes de distintas polaridades N-S. La fuerza de repulsión entre dos imanes se da cuando se acercan dos imanes con igual polaridad N-N o S-S.

La fuerza de atracción entre imanes es superior a la fuerza de repulsión. Cuando se aumenta la distancia la fuerza de atracción y repulsión se reduce debido a la orientación de los imanes elementales del interior de cada imán. En un único imán los imanes elementales están casi paralelos unos a otros. Cuanto más regular es la orientación de los imanes elementales mayor será la fuerza. 

Entre dos imanes iguales la fuerza de atracción es de 5 a 10% más fuerte que la fuerza de repulsión. Si lo ponemos de forma de repulsión ambos imanes se vuelven más débiles porque unos de los imanes interfiere la orientación de los imanes elementales del otro. Al alejarse recuperan su disposición y su fuerza.

Entre dos imanes diferentes la fuerza de atracción hace que se vuelvan un poco más fuertes. Uno de los imanes ayuda al otro en la orientación paralela de los imanes elementales en el otro imán. 

Cuanto mayor es la distancia entre dos imanes la atracción es casi igual en fuerza a la repulsión porque sus imanes elementales no son influenciados unos con otros. La fuerza de atracción y repulsión disminuyen rápidamente a mayor distancia. Por esto, superimanes potentes pueden hacer levitar objetos pesados por repulsión. Los imanes para que se puedan repulsar deben de estar de forma que no se puedan girar y atraerse. 

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